Carta de despedida
CARTA DE DESPEDIDA Cierro la puerta de mi casa, ahora vacía. Por suerte he olvidado un limonero en el patio y tengo que volver a entrar. Nunca sentí esta casa como mía, la promotora que me la alquiló se encargó durante cinco años de recordármelo. Nunca quise pintarla, reformarla, mejorarla, sabía que tendría que marcharme más pronto que tarde. La subida de precios me pone nerviosa, precipita mi deseo de escapar de este barrio y de encontrar una nueva casa grande, bonita y asequible. Por ahora no acepto más estafas. Después de meses recibiendo ofertas de las páginas de alquiler, un contacto nos pasa un chollo. ¡Me piro vampiro! Lavapiés se queda a tres paradas por la linea azul. Me encojo con mi hija Jara en lo que era mi cama, esquinadas por última vez, oímos las voces de los vecinos, olemos el curri y vibramos por la campana de humo del restaurante contiguo. Este es mi nido, ¡qué vértigo al abandonar la seguridad que siento! Nos vamos, María, Sara, Lucía, Pau, Jesús, vecinos de los...